Empiezo dándote las gracias y te mando saludas ya Muhammad sallallahu alayhi wa sallam. No te he conocido en persona pero juro por Allah que te quiero. Lloraste por mí y aunque no soy de lágrima fácil, también lloré por ti. Si te soy sincero, me avergonzaria si me vieras ahora mismo. Hago lo que puedo pero me falta mucho por hacer. No he comenzado bien pero me gustaría terminar bien. A veces pienso en ti. En cómo pudo existir alguien tan cálido, fuerte y amable.
Ya Rassulullah! Que grande es Dios. Ya Rassulullah lo siento por todas las penas que sufriste. Ya Rassulullah.
Me avergonzaria si me visitaras un día de imprevisto. Ya Rassulullah sallallahu alayhi wa sallam. Gustarían mis piernas de sentarse al suelo y conversar contigo. Quiero preguntarte sobre la vida con Khadija radiallahu anha. Quiero preguntarte sobre la vida : los padres, los hijos las amistades. Quiero saber que hacías, que decías y cuanto comías cuando te alejabas de todos para ir a la cueva. Ya Rassulullah me gustaría saber lo que pensabas mientras transcurría la batalla en Uhud. Quiero que me digas que significa ser un hombre pero no hay mejor hombre que tú. Quiero que me digas que significa ser un amigo porque no hay mejor que tu. Quiero que me digas que significa ser padre, porque no hay mejor padre que tú.
Ya Rassulullah me gustaría tanto poder hablar contigo y preguntarte sobre las mujeres y por qué son tas complicadas. A lo mejor soy yo el complicado. Ya Rassulullah sallallahu alayhi wa sallam. Hoy te saludo y te dedico un poema. Para que el mundo sepa que tú eres mi héroe, aunque me avergonzaria de mi mismo si tú un día, me visitas de imprevisto.