Ayer

Ayer estuve dentro de una nave espacial dando vueltas sobre un mar de estrellas que parecían luciérnagas en ese oscuro espacio. Ayer, estuve recorriendo el espacio sideral sobre una nave en compañía.

¡En compañía de una extraterrestre!

Una extraterrestre… No sé cómo llegué a ella. Ni sé cómo ella llegó a mí. Pero fuí abducido en la entrada del bar. Una extraterrestre poco común ya que siempre me las imaginé :de color lila , con antenas,con tentáculos . Hablando el idioma de las carnes conmigo. Ella, fue atenta. Ella, fue dulce y parecía que sus caricias calmaban y quemaban la amargura de mi alma . Y no era lila. Era de un color indefinido. No tenía antenas ni cuernos. Pero la más bella frente sobresalía de entro los huecos de su flequillo. Jamás otra maravilla y sus ojos me mataban cada vez que se encontraban con los míos , un lobo que sin temor enfrento. Y bajando más abajo, una nariz. Ancha, de grandes orificios que parecían dos turbinas de avión.

Que hermosa.

Y pensar que Platón se equivocó y la belleza es ella. Ella y nadie más que ella.

Ayer. Decidí ser extraterrestre. Viajar desde la entrada de mi bar. Abducir desconocidos y viajar sobre las estrellas. Navegar de entre las mareas de esta mi luna. Y ver como sus ojos murmuran.

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